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LA INFLUENCIA DE LA COVID-19 EN EL SECTOR TURISMO.

  • Foto del escritor: Geraldinne Vera
    Geraldinne Vera
  • 11 abr 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 2 may 2022

Sabemos que la pandemia desatada a finales del 2019 cambió drástica mente nuestras vidas; ese giro de 360° nos hizo reformular la forma de trabajar, de relacionarnos, de viajar. Y a pesar que ha transcurrido cierto tiempo desde sus inicios, no se puede asegurar que el virus esté controlado o mucho menos extinto.


Las medidas de contención que adoptaron los gobiernos en ese entonces, estaban centrados en tratar de controlar y reducir los riesgos de propagación de la enfermedad. Lamentablemente, esto generó efectos colaterales en cuanto al sector de producción y empleo; sobretodo en los grupos sociales más vulnerables a nivel nacional.


Hoy en día, varios de los efectos que nos dejó y aún persisten de la covid-19 es la marcada pérdida y reestructuración que sufrieron los diversos sectores como la educación, el turismo, la salud, bienestar y la economía desde el 2020.




En el caso del sector turístico, la caída fue de un 76,8%, ya que según el último reporte del Banco Interamericano del Desarrollo, dice que el sector turismo de recibir 4,4 millones de turistas e ingresar 4,7 millones de dólares en divisas el 2019, se ha pasado a recibir sólo 850 mil dólares entre enero y febrero del 2020. Tengamos en cuenta que el turismo ha contribuido a un crecimiento significativo en la economía del Perú; sólo en 2019, los peruanos realizaron dentro del país 48,6 millones de viajes, lo que señala hacia una consolidación del sector doméstico del ocio y turismo.




Hoy por hoy, 2 años después cada sector tuvo que adaptarse a un nuevo sistema para poder volver a una posible presencialidad; obviamente, con ciertas medidas de bioseguridad. En el sector turístico, no es la excepción, ahora más que nunca necesita llevar a cabo un conjunto de actividades a corto plazo, que le permita rescatar a un sector severamente golpeado por la falta de demanda. Para ello, también es importante realizar una serie de reformas en cuanto a la competitividad del turismo formal e informal; además de otras circunstancias que vienen perjudicando al sector incluso antes de pandemia. Las medidas que se tomen para el sector turístico, deberán ser prácticas y efectivas para generar resultados casi inmediatos, pero bajo una visión estratégica que pueda ayudar a modelar un futuro casi incierto.


Para llevar a cabo este gran reto, tanto a corto o mediano plazo, es necesario contar con la coordinación de entidades o instituciones nacionales y mundiales, además de la cooperación de los sectores administrativos públicos y privados; así como también, contar con la participación activa del ciudadano de a pie.


Una de las propuestas a corto plazo expuestas por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) es el programa de recuperación de la oferta turística viable, así como la presencia en redes. En este caso, consideramos que es una estrategia que podría ser muy efectiva ya que hoy en día la tecnología juega como un aliado más y la virtualidad nos facilita el acceso a las distintas áreas de información e investigación nacional e internacional.





 
 
 

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