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Aquí realizamos artículos de opinión de temas culturales.

  • briyithaac
  • 2 may 2022
  • 4 Min. de lectura

¿Inclusión forzada? Es lo que nos preguntamos los consumidores de audiovisuales al ver los productos que nos ofrece cada cierta temporada en las diversas plataformas de streaming. Ahora se ha visibilizado cada vez más la participación de minorías, como a la comunidad de afrodescendientes o personajes Negros, indígenas, personas de color (Black, Indigenous and people of color – BIPOC) y a la comunidad LGBT+ (Lesbiana, gay, bisexual, transexual y más) en el mundo del cine.


Con esto no estoy reprochando su participación en las pantallas, al contrario me gusta que productoras de cine varíen más a sus personajes principales o les de papeles relevantes, sin embargo aún son tan pocos que de vez en cuando caen en clichés como el caso de las películas de terror, o moría primero el amigo afrodescendiente o el amigo asiático (siempre se iba el de minoría étnica) y siempre sobrevivía el que era blanco. De hecho por esta misma fórmula ya se sabía quién se iría antes de la historia.


Este discurso social sobre la inclusión tiene buena base: “Todos somos iguales e igualmente importantes” Pero la idea parece que se ha ido perdiendo un poco, no en todos, pero puedo citar al menos el siguiente ejemplo en caso de las películas del tipo histórico o documental, con esto me refiero a la readaptación de la historia de Ana Bolena, una mujer históricamente blanca que vivió en una Inglaterra monárquica y que incluso se casó con el Rey Enrique de Inglaterra, todo bien hasta aquí, pero lo que llama la atención fue la elección del Cast, específicamente para la actriz principal que interpretará a Ana, y es una actriz afrodescendiente.


Esto hace que te formules algunas preguntas: ¿Históricamente es correcto? Pues no… ¿Era necesario? tampoco… Entonces ¿Por qué? ¿Cuál es la necesidad de asignar a una actriz negra a interpretar a un personaje históricamente blanco? Esta polémica hace que te cuestiones si realmente están tomando buenas decisiones al escoger al reparto o sólo intentan llenar la puntuación de inclusión y diversidad para los Óscars.


Un buen ejemplo de inclusión de los personajes BIPOC, es el de la princesa Tiana de la película “La princesa y el sapo” A pesar de que en la historia original es una PRINCESA y blanca, esta película tuvo una aceptación total, la pregunta aquí es ¿por qué? La respuesta es sencilla. En la misma película te explican de forma implícita que NO es la adaptación de la historia original, ya que ahí mismo te dicen que los personajes crecieron escuchando la historia original. Entonces desde un principio se sabe que sucedieron los mismos acontecimientos pero en diferente época y diferente contexto. Por eso tuvo buena aceptación, no tuvo que reemplazar a ningún otro personaje, porque Tiana no era princesa (era camarera), no era rica (por el contexto histórico se puede deducir que viene de los barrios marginales de Nueva Orleans) y por último, no era blanca


Ahora en lo que respecta a la comunidad LGBT+, hubo producciones que supieron manejar las preferencias sexuales de sus personajes de forma natural y sutil a no ser que la historia lo requiera y lo diré por qué con el siguiente ejemplo y me refiero al personaje de Katie Mitchell, la protagonista de la película animada nominada a los Óscars en animación: “Los Mitchells contra las máquinas”. Aquí te muestran a una chica muy elocuente, extrovertida y creativa que junto a su familia disfuncional sobreviven a un apocalipsis por robots rebeldes, pero no te enteras de golpe o por querer gritarlo a los 4 vientos que es Lesbiana, de hecho no te enteras que lo es si no hasta el final de la película y este es un buen ejemplo de cómo el cine caracteriza a sus personajes LGBT+. Una persona de la comunidad LGBT+ es como cualquier otra.


Ahora un ejemplo contrario en donde no supieron manejar esto es en el Live action de “La bella y la bestia” con el secuaz del galán Gastón. En la película animada es alegre, confidente, y mostraba admiración hacia Gastón, pero en el live action todo se desechó, aquí su única cualidad es ser aparentemente homosexual, reemplazando a la admiración por un acoso constante al antagonista. Yo considero que aquí hicieron una muy estereotipada personificación de una persona de la comunidad, así como pasó en el live action de “Las chicas superpoderosas”, donde la chica ruda, con personalidad imponente y segura, tiene que ser lesbiana, cuando en su versión animada esto no tiene nada que ver.


El tema de la inclusión es algo muy común es estos tiempos y siempre habrá opiniones muy distintas, quizás algunos piensen que en realidad no existe la inclusión forzada, porque hemos estado viviendo siempre en la heteronormalidad, viendo a los protagonistas blancos de siempre, que lo gay, lesbiana y/ o trans es tabú, por eso cuando vemos algo diferente en las pantallas nos alarmamos o que ya de frente decimos “Es inclusión forzadísima”. Para estos temas hay que tener ciertos criterios al llevar a los personajes BIPOC (Black, Indigenous and People of Color) o a la comunidad LGBT+ a las pantallas, una de ellas es el contexto histórico (a no ser que sea una fantasía o realidad alterna) por ejemplo no puede haber un rey Europeo negro, otro es el contexto político (La realeza afrodescendiente existen, pero no en Europa), otro es la importancia de su orientación sexual en la historia y qué tanta cabida se le da ¿se le recordará más porque era gay o por sus cualidades e importancia en la historia? Es necesario tener esta pregunta siempre en mente al crear un personaje; otro es saber reflejar el contexto social y las adaptaciones como el caso de la actriz que interpretará a Ana Bolena, es como si para una película biográfica de Martin Luther King, lo interpretara una persona blanca, no tendría sentido, mucho menos aceptación. El problema no es la inclusión, el problema es no saber incluir correctamente.






REFERENCIAS:


 
 
 
  • Foto del escritor: Geraldinne Vera
    Geraldinne Vera
  • 11 abr 2022
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 2 may 2022

Sabemos que la pandemia desatada a finales del 2019 cambió drástica mente nuestras vidas; ese giro de 360° nos hizo reformular la forma de trabajar, de relacionarnos, de viajar. Y a pesar que ha transcurrido cierto tiempo desde sus inicios, no se puede asegurar que el virus esté controlado o mucho menos extinto.


Las medidas de contención que adoptaron los gobiernos en ese entonces, estaban centrados en tratar de controlar y reducir los riesgos de propagación de la enfermedad. Lamentablemente, esto generó efectos colaterales en cuanto al sector de producción y empleo; sobretodo en los grupos sociales más vulnerables a nivel nacional.


Hoy en día, varios de los efectos que nos dejó y aún persisten de la covid-19 es la marcada pérdida y reestructuración que sufrieron los diversos sectores como la educación, el turismo, la salud, bienestar y la economía desde el 2020.




En el caso del sector turístico, la caída fue de un 76,8%, ya que según el último reporte del Banco Interamericano del Desarrollo, dice que el sector turismo de recibir 4,4 millones de turistas e ingresar 4,7 millones de dólares en divisas el 2019, se ha pasado a recibir sólo 850 mil dólares entre enero y febrero del 2020. Tengamos en cuenta que el turismo ha contribuido a un crecimiento significativo en la economía del Perú; sólo en 2019, los peruanos realizaron dentro del país 48,6 millones de viajes, lo que señala hacia una consolidación del sector doméstico del ocio y turismo.




Hoy por hoy, 2 años después cada sector tuvo que adaptarse a un nuevo sistema para poder volver a una posible presencialidad; obviamente, con ciertas medidas de bioseguridad. En el sector turístico, no es la excepción, ahora más que nunca necesita llevar a cabo un conjunto de actividades a corto plazo, que le permita rescatar a un sector severamente golpeado por la falta de demanda. Para ello, también es importante realizar una serie de reformas en cuanto a la competitividad del turismo formal e informal; además de otras circunstancias que vienen perjudicando al sector incluso antes de pandemia. Las medidas que se tomen para el sector turístico, deberán ser prácticas y efectivas para generar resultados casi inmediatos, pero bajo una visión estratégica que pueda ayudar a modelar un futuro casi incierto.


Para llevar a cabo este gran reto, tanto a corto o mediano plazo, es necesario contar con la coordinación de entidades o instituciones nacionales y mundiales, además de la cooperación de los sectores administrativos públicos y privados; así como también, contar con la participación activa del ciudadano de a pie.


Una de las propuestas a corto plazo expuestas por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) es el programa de recuperación de la oferta turística viable, así como la presencia en redes. En este caso, consideramos que es una estrategia que podría ser muy efectiva ya que hoy en día la tecnología juega como un aliado más y la virtualidad nos facilita el acceso a las distintas áreas de información e investigación nacional e internacional.





 
 
 

Actualizado: 2 may 2022

En los últimos 5 años, distintos medios de comunicación han informado sobre diversos hechos vandálicos y delincuenciales que tuvieron lugar en las áreas protegidas y preservadas como patrimonio cultural en la región Lima.


Al día de hoy, ésta, es una problemática aún latente; ya que bajo una modalidad más sofisticada los malhechores trafican con los terrenos de dichas áreas. Otra de las desavenencias que enfrentan estas zonas de preservación es la inactividad y falta de cuidado; ya sea por una mala gestión o por falta de presupuesto de la entidad a cargo.

Éstas circunstancias, hacen que nos preguntemos ¿Cuáles son las sanciones para estas personas? O ¿Cuáles son las normas que regulan ciertos acontecimientos?



Según La Comisión Permanente Del Congreso De La República estableció la Ley N° 28296 denominada “LEY GENERAL DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN” cuyo objetivo es establecer políticas nacionales de defensa, protección, promoción, propiedad y régimen legal y el destino de los bienes que constituyen el Patrimonio Cultural de la Nación. Manifiesta también en el artículo 49, correspondiente a las Sanciones Administrativas; que sin prejuicio de las penas que imponga el Código Penal por los delitos cometidos, se impondrá también una serie de multas, incautaciones y decomisos según sea el caso.


Lo cierto es que, éstas normas, no son aplicadas coherentemente; dejando con una sensación de vacío y desamparo a dichas áreas que están consideradas como patrimonio cultural.

Hace algunos años, la Dirección de Comercio Exterior y Turismo, bajo el mando del entonces presidente Javier Alvarado González; propuso una Guía para la Gestión Pública de Monumentos Arqueológicos de la región Lima; con la consigna de realizar un acercamiento entre las 9 provincias de Lima y hacer énfasis en proyectos de protección, conservación y promoción de los Monumentos y Zonas arqueológicas de la región. Un proyecto, muy bien construido, que sacaría a flote las zonas olvidadas y descuidadas de una región que alberga legados y riquezas culturales históricas que se remontan a más de 5000 años de antigüedad. Lamentablemente, la falta de interés de algunas autoridades y la falta de información de cierta parte de la población hizo frenar este proyecto; haciéndose aún más notorio en época de pandemia.


El tema de la conservación y promoción de las Zonas arqueológicas y monumentos históricos, es bastante amplio y a medida que nos adentramos, nos damos cuenta que la falta de información y la falta de identidad nacional limitan sustancialmente el avance de algunos sectores. Consideramos que el hecho de vivir en un país con una diversidad cultural extraordinaria, conlleva también una gran responsabilidad; por eso, es importante mantenernos informados, redescubrir y reaprender de nuestra cultura, poner en práctica principios y valores que nos ayuden a tener una mejor convivencia, y por ende, una sociedad más consciente.




 
 
 
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